Cuando diagnostican demencia a un ser querido, una de las primeras dudas que surgen es:
¿Debe seguir conduciendo… o es mejor que lo deje?
Y aunque tomar esta decisión puede ser difícil, la respuesta es clara:
✅ Sí, lo más conveniente es que deje de conducir.
🧠 ¿Por qué es tan importante dejar de conducir a tiempo?
Conducir no solo requiere saber manejar un coche.
Implica muchas funciones mentales que se ven afectadas con la demencia, como:
- Reaccionar con rapidez ante imprevistos.
- Coordinar movimientos.
- Seguir instrucciones.
- Recordar señales, normas y rutas.
- Orientarse en el espacio.
Con el avance de la enfermedad, estas habilidades se deterioran poco a poco, a veces sin que la persona lo note.
⚠️ ¿Qué puede llegar a pasar si sigue conduciendo?
- Puede confundirse con los pedales o los cambios de marcha
- No recordar qué significan algunas señales
- Desorientarse en trayectos conocidos
- Reaccionar demasiado tarde en una situación de emergencia
- Poner en peligro su vida… y la de otros
Por eso, aunque parezca que “todavía puede”, lo más seguro es anticiparse.
🚫 Esperar al primer susto no es una opción.
🗣️ ¿Cómo abordar esta conversación?
Sabemos que no es fácil. Dejar de conducir significa perder autonomía.
Pero puedes enfocarlo así:
“Vamos a buscar opciones para que sigas moviéndote con libertad, pero con seguridad ”.
“No es que no confíe en ti, es que confío en lo que nos dice el diagnóstico ”.
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