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Acaban de diagnosticar demencia a mi familiar, ¿debe dejar de conducir?

Cuando diagnostican demencia a un ser querido, una de las primeras dudas que surgen es:

¿Debe seguir conduciendo… o es mejor que lo deje?

Y aunque tomar esta decisión puede ser difícil, la respuesta es clara:
sí, lo más conveniente es que deje de conducir.

¿Por qué es tan importante dejar de conducir a tiempo?

Conducir no solo requiere saber manejar un coche.

Implica muchas funciones mentales que se ven afectadas con la demencia, como:

  • Reaccionar con rapidez ante imprevistos
  • Coordinar movimientos
  • Seguir instrucciones
  • Recordar señales, normas y rutas
  • Orientarse en el espacio

Con el avance de la enfermedad, estas habilidades se deterioran poco a poco, a veces sin que la persona lo note.

¿Qué puede llegar a pasar si sigue conduciendo?

  • Puede confundirse con los pedales o los cambios de marcha
  • No recordar qué significan algunas señales
  • Desorientarse en trayectos conocidos
  • Reaccionar demasiado tarde en una situación de emergencia
  • Poner en peligro su vida… y la de otros

Por eso, aunque parezca que “todavía puede”, lo más seguro es anticiparse.

Esperar al primer susto no es una opción.

¿Cómo abordar esta conversación?

Sabemos que no es fácil. Dejar de conducir significa perder autonomía.

Pero puedes enfocarlo así:

“Te quiero demasiado como para correr ese riesgo”

“Vamos a buscar opciones para que sigas moviéndote con libertad, pero con seguridad”

“No es que no confíe en ti, es que confío en lo que nos dice el diagnóstico”

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