Una de las preguntas más frecuentes cuando empieza a aparecer la demencia es:
“¿Es normal que no sepa qué día es… o que se pierda en sitios conocidos?”
La respuesta corta: sí, es bastante común.
Y no tiene que ver con “no prestar atención” o “estar despistado”.
Tiene que ver con algo más profundo: el cerebro empieza a fallar en su GPS interno.
¿Por qué se desorienta?
Cuando hablamos de desorientación, en realidad estamos hablando de atención, memoria y procesamiento mental, todo a la vez.
Por eso, si tu familiar empieza a tener olvidos, repeticiones o confusiones, es muy probable que también tenga momentos en los que:
- No sepa en qué día o mes estamos.
- Diga “¿hoy es lunes?” aunque se lo hayas dicho hace un rato.
- Dude de cómo volver a casa desde un lugar al que ha ido cientos de veces.
No es que no quiera recordar.
Es que su cerebro está perdiendo capacidad para manejar esa información como lo hacía antes.
¿Qué puedes hacer tú?
No lo enfrentes con la realidad de golpe. En vez de “¿cómo no vas a saberlo?”, usa “tranquilo, hoy es martes. Vamos juntos.”
Evita exponerle a situaciones nuevas sin apoyo. Lugares muy ruidosos, gente desconocida o cambios de rutina pueden empeorar la desorientación.
Refuerza la orientación de forma sencilla. Calendarios visibles, rutinas claras, paseos por lugares familiares, referencias visuales…
Lo importante:
Tu familiar no se desorienta por vagancia, ni porque se esté haciendo el despistado.
No es que no te escuche.
Es que su GPS mental está empezando a fallar.
Y cuanto antes entiendas esto, mejor podrás ayudarle.
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